María Suárez Toro,
testimonio de opinión
31 de enero, 2016
El vientre del planeta, ese mar que confirma dos terceras partes
del planeta, no solo está lleno de vida, sino que guarda misterios y secretos
que, conociéndose mejor, podrían hasta
cambiar la historia de país.
Yacen bajo su manto acuático cientos de miles de estructuras
inertes que dan vida a los ecosistemas marinos desde que de hundieron, unos por
accidente, otros por amotinamientos y otros porque respondían a modelos
económicos y políticos que “naufragaron”.
https://fotografia101.com/forum/index.php?topic=6187.0
Bucear ayer en Muelle de Azúcar en Aguadilla fue una buena
metáfora de lo que pasa en Puerto Rico en este momento y lo que pasa en mi propia vida.
Muelle de Azúcar se llama así porque fue uno de los grandes
embarcaderos en el mar y un gran molino de procesamiento de caña de azúcar a la
orilla, para servir a los colosales ingenios de la industria azucarera del
Puerto Rico. Muelle de Azúcar fue
también una de las paradas del tren del Puerto Rico agrícola.
Estuvo en
operación hasta 1976 cuando el modelo de explotación y exportación agrícola
fracasó, abriendo paso a la supuesta industrialización colonial que también ha
fracasado en la isla.
A la altura del
2016, el archipiélago boricua se encuentra en un estado de bancarrota económica
que también es política, al punto que ha sido comparada con Grecia.
Una gran
diferencia es que su estatus colonial, al fin reconocido recientemente por los
propios Estados Unidos que lo crearon, no le permite al país contar con
mecanismos propios mínimos para salir de la crisis de modelo en todo sentido.
Buceando los vestigios de un modelo
Ayer fui allí a realizar allí mi último buceo para la certificación
del curso de PADI Avanzado en Aguas Abiertas. Para graduarse se necesita hacer
una inmersión de profundidad que rebasara los 18 metros a los que había bajado
en el curso anterior, el Open Water, en el 2003.
Mis guías de Scuba Dogs, el instructor Alberto Martí y el Master
Diver aspirante a instructor Jesús Rosario nos llevaron al joven Albertito de
unos 15 años de edad y a esta señora entrada en mis los 68 años, a bajar 24
metros.
Es perfecto el Mulle de Azúcar para eso. Tiene un poco mas de 30 metros de
altura y 20 metros de profundidad en su última plataforma, la que se extiende
en una explanada de arena y corales que baja hasta los 25 – 30 metros de
profundidad.
Antes de bajarlos en el mar, tuvimos que bajar esos mismos metros
y mas, por una vereda empinada de piedra y barro, cargando los equipos en la
espalda, sin nada mas que lo que llevaríamos al mar.
El video del lugar, producido por otro visitante es ejemplificante
del reto:
https://www.youtube.com/watch?v=n9p_4_6ENk4
No fue fácil. Seis kilos de
plomo, un tanque de aire que pesa diez y ocho kilos cuando está lleno a
capacidad, su regulador, la máscara, el snorkel
y las patas de rana.
No estaba segura de poder hacerlo porque apenas estoy midiendo mis
capacidades físicas en este momento en mi vida.
Hace poco mas de un año decidí que en este momento lo que mas
quería hacer en mi vida era volver a bajar a las profundidades del mar a
conocerlo, ya no solo desde sus ecosistemas, sino también desde su aporte a la
historia de nosotros en el planeta.
Para hacerlo tuve primero que bajar cincuenta y cinco libras de
peso propio, lo que logré a cabalidad esta semana pasada.
Lo que no supe hasta adentrarme a la mayor profundidad a la que he
llegado en el fondo del mar en mi vida es que el exacto peso que me quité del
cuerpo lo tuve que cargar en la espalda por un largo trecho escabroso para
llegar al agua.
Aunque este viajero filmador hizo el
trayecto en cuadra-ciclo, nosotros lo caminamos con todo a cuestas: https://www.youtube.com/watch?v=8EcswRFlbvg
¡Fue una buena experiencia, poderme poner y quitar al antojo! Y…
eso sí, pesaba mas en el cuerpo que en
la espalda, eso lo he podido constatar.
La vida nuestra bajo en mar
Los viejos pilotes de acero permanecen intactos en una estructura
que se ha corroído mas por fuera que bajo el agua.
Tal vez por que la vida marina que se le ha pegado para
alimentarse de ella y para albergarse protegiéndose de las corrientes marinas
han protegido sus fundamentos bajo el agua.
Las impresionantes columnas son testigos de historia vivida y de
vida que vive y se reproduce a su antojo cuando la dejan en paz.
No tardamos mucho en ver uno y luego otro pez León en el fondo mas
profundo.
Ese invasor foráneo que llegó sin invitación a ocupar los mares
del Atlántico, en especial los mas cálidos ambientes del Caribe, a comerse todo
lo que encuentra, sin tener depredador que equilibre su voraz presencia.
Agarramos los que vimos, porque nosotros por ahora somos sus
únicos depredadores y hay gente, sobre todo pescadores, pescadoras, que nos los
hemos tomado muy en serio.
Ver en video: https://www.youtube.com/watch?v=PGXrP0BOgy0
Tal vez ese pez León es otra metáfora de lo que pasa en el Caribe:
una presencia voraz y desenfrenada de una fuerza de afuera que lo quiere todo,
sin importar las consecuencias para lo que allí ha crecido y habita.
Y tal vez la metáfora se refiere también al proceso de control del
pez León como se lo plantean pescadores y científicos ante una invasión de la
magnitud de la que estamos hablando.
Sabemos que a estas alturas no se puede eliminar totalmente su
presencia, que lo que hay que hacer en limitarle su poderío controlándolo, para
que se pueda restablecer un tipo de equilibrio.
Tal vez esa metodología es también otra metáfora, aunque no sepamos cómo todavía.
Ver la metáfora en video: https://www.youtube.com/watch?v=DbHVBNf7JIo
Pero no solo eliminamos pez León.
También ayudamos a preservar otras formas de vida importantes para los
ecosistemas y que se ven amenazadas por otras realidades, especialmente las de
la pesca irresponsable.
Me refiero a que como pescadora, no tengo nada en contra de la
pesca, al contrario, he inventado mi propia copla pesquera de la pesca responsable y dice así:
Pescamos para comer,
Comemos para vivir,
Vivimos para pescar,
Y así transcurre nuestra vida pesquera...
Si, la que apoyo es la pesca responsable, discriminada y pars comer. Esa que se hace
discriminadamente, agarrando y quedándose solo lo que se necesita para
alimentarse.
Y desgraciadamente las anguilas por lo general se agarran y se
matan por no considerarse comestibles muchos sitios, sin consideración de que
son importantes en su ecosistema.
Liberamos una morena (anguila) que había quedado atrapada por un
anzuelo y una cuerda que se enredó en uno de los pilotes del muelle, quedando
atrapada y sin salida.
En un operativo muy delicado, pues cada vez que los buzos se le
acercaban, ella trataba de morderlos, a los 5 minutos se lo logró liberar.
Otra interesante metáfora para la vida en Puerto Rico. Hay que
luchar por ella, no se desenvuelve sola la vida en la isla y el archipiélago en
este momento en su encrucijada, hay que luchar por ella.
Y la tercera metáfora de lo que ocurrió ese día tiene que ver con
un objeto hallado en el fondo del mar.
La cámara subacuático Gol Pro es la mas preciada para buceadores y
buceadoras en este momento, dada su versatilidad para tomar fotos y videos.
Otra característica es que es pequeña, lo que la hace muy fácil de
cargar bajo el agua, pero también de perderla.
Jesús encontró una en muy bien estado y fue una fiesta ente
nosotros. Un tesoro preciado que le permitirá documentar muchas otras historia
bajo el mar.
Mi futuro en el buceo de vuelta en Costa Rica
Y esa es mi última metáfora al haber terminado el curso avanzado y
prepararme para regresar al Caribe Sur de Costa Rica.
Es un tesoro haber contribuido a crear un Centro comunitario de
Buceo como Embajadores y Embajadoras del Mar que entre sus múltiples
proyecciones se plantea desarrollar en sus buceadores y buceadoras de la
comunidad las capacidades en buceo antropológico para conocer mas a fondo, que
secretos de su historia yacen en el fondo de los mares del Caribe Sur.
Hoy, con mi graduación, en bajar de peso en el cuerpo, bajar a
mayores profundidades en buceo, encontrar un tesoro y aumentar en conciencia,
me alegro de ser parte de todo eso a estas alturas de mi vida y la de los
lugares dónde vivo.
(Las foto de nuestra propia inmersión se las debe... FEDEX no me las manda hasta dentro de una semana.)