Ramón
Grosfoguel en El Liberty Hall en
Limón –
seminario “Los múltiples tentáculos del racismo”
organizado por la Universidad de Costa Rica*
seminario “Los múltiples tentáculos del racismo”
organizado por la Universidad de Costa Rica*
(Primera parte)
Comunicaciones,
Foro Caribe Sur 14/09/13
Resúmen
El
sociólogo boricua de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos,
partió en su charla con el argumento que colonialidad y “desarrollo”
occidentalizado son dos expresiones de
lo mismo – el poder colonial que se expresa en el conocimiento y las relaciones
de poder.
“El
racismo no se puede definir a partir de una de sus experiencias, por eso la
definición que asumo es la de Franz Fanon que define que consiste de una
jerarquía del poder institucional de superioridad y inferioridad sobre la línea
de lo humano.”
Grofoguel, foto María Suárez Toro, FCS
Aclaró
que existe en la producción de conocimiento. Hizo
una crítica documentada de la epistemología eurocéntrica hegemónica, que asume
un punto de vista universalista, “cuando en realidad se logro llegar a
legitimar su producción del conocimiento racista y sexista como si fuese
conocimiento universal (aunque es provincialista y oscurantista) por la vía del
ejercicio de sus poderes colonialistas institucionalizados para imponer su
racismo.”
La
solución a las desigualdades sociales globales requiere imaginar alternativas
utópicas que trasciendan el colonialismo, así cómo las formas de pensar
dicotómicas de la ciencia mecanicista y los fundamentos eurocéntricos
occidentalizantes de la ciencia y la cultura.
Concluyó
que mientras nos sigamos separando por ser menos o mas negros, menos o mas
indígenas, mas o menos católico o lo que sea, menos o más oprimidos, triunfa la
superioridad blanca y la epistemología occidentalizada. “Las categorías
racistas que le aplican a uno son las mismas que se le aplican a otros y si no
asumimos la no opresión, discriminación y exclusión de todos, no vamos a
aportar nada.”
Propone
la socialización del poder, y su aporte sugiere crear un conocimiento
descolonizador desde otras epistemologías no occidentalizadas.
Liberty Hall en Limón, sede del seminario
Pinceladas del desarrollo de la conferencia magistral
Definió el colonialismo como la
usurpación de la soberanía de un pueblo por otro pueblo por medio de la
dominación político-militar de su territorio y su población a través de la
presencia de una administración colonial. “El colonialismo como sistema-mundo
capitalista/patriarcal moderno/colonial se inaugura con la expansión colonial
europea en 1492. “Lo nuevo en el mundo moderno-colonial es que la justificación
de dicha dominación y explotación colonial pasa por la articulación de un
discurso racial acerca de la inferioridad del pueblo conquistado y la
superioridad del conquistador.”
Dijo que aunque la “colonialidad” está
relacionada con el colonialismo no se agota en ello. Por colonialidad se
refiirió a un patrón de poder que se inaugura con la expansión colonial europea
a partir de 1492 y donde la idea de raza y la jerarquía etno-racial global
atraviesa todas las relaciones sociales existentes tales como la sexualidad,
género, conocimiento, clase, división internacional del trabajo, epistemología,
espiritualidad, etc. y que sigue vigente aun cuando las administraciones
coloniales fueron casi erradicadas del planeta. Explicó que la idea de raza define
quién recibe mayor riqueza o mejores salarios y quién hace los peores trabajos.
Recorrió la evolución de las
epistemologías occidentalizantes citando, como dijo el filósofo de liberación
latinoamericano Enrique Dussel, que el ego cogito cartesiana fue precedido por 150 años del ego conquirus
occidental. “En él, la condición política de posibilidad del “Yo pienso, luego
soy” han sido los 150 años de “Yo conquisto, luego soy”.
“Esta epistemología imperial hace del
hombre occidental el fundamento de todo conocimiento verdadero y universal y está
en la base de todas las ciencias sociales y humanísticas occidentales.” Explicó
que el “Yo” abstracto encubre quién habla y desde cuál localización corporal y
espacial en las relaciones de poder se habla.
Para poder asumir un conocimiento que
sea equivalente al ojo de Dios, la epistemología cartesiana y su herencia en
las ciencias sociales occidentales se dedicó a
encubrir la corporalidad del conocimiento. “No puede haber conocimiento
universal mas allá de todo tiempo y espacio si el mismo estuviera localizado en
un lugar y en un cuerpo determinado. De ahí que el dualismo cartesiano entre
cuerpo y mente, mente y naturaleza, como dos substancias aparte le permite
entonces representar la mente como fuera de toda determinación espacial y
corporal y, por tanto, como capaz de producir un conocimiento no-situado,
neutral y objetivo entendido como verdadero para todos en el universo.”
Los proyectos imperiales y las ciencias
sociales occidentales reproducen un racismo epistemológico donde la tradición
de pensamiento de los hombres occidentales es representada como superior y todo
conocimiento que provenga de epistemologías y cosmologías no-occidentales es
considerado como inferior. Esta ego-política del conocimiento y su derivado
racismo epistemológico se sigue reproduciendo aun entre pensadores que se
declaran críticos del cartesianismo.
“Es sobre ese fundamento que se formó
en cuento y el imaginario sobre quién dijo que el mundo era redondo, cosa que
ya sabían otras culturas y epistemología entes de occidente, pero fueron
reducidas y sus libros quemaos por occidente. O las razones cómo Cristóbal
Colón llegó a las América o que la descubrió, cuando se sabe que desde antes de
su llegada, ya existían intercambios entre África y Asia con el continente
Americano desde mucho antes. O que no sepamos que el primer lugar en el mundo
de la conquista mundial de La Alambra (reino occidental español) del Siglo 15,
lo cual no es un detalle de la historia del coloniaje.”
Desarrolló los 4 genocidios/epistemicidios del Siglo XVI y que se
constituyeron en “la ciencia” , aunque es la perspectiva eurocéntrica entre
muchas otras en el mundo. El genocidio/epistemicidio de los musulmanes en el sur de lo que hoy es España en el territorio llamado Al Andaluz,
por parte de la monarquía cristiana, la de la conquista de los pueblos originarios de las Américas, la esclavitud y el que se coronó con la quema de miles de
mujeres en la época de la inquisición “por sus conocimientos autónomos que la
institucionalidad occidental quiso controlar hasta eliminar eliminadolas y
reduciéndolas a ellas.”
Aclaró que las jerarquías globales del sexismo y el
racismo, enredadas entre sí, forman un
sistema heterárquico, es decir, allí donde las distintas jerarquías de poder
están entrelazadas y enredadas unas con otras y la idea de última instancia no
se puede determinar a priori para todas las situaciones. El sistema-mundo no es
simplemente un sistema económico como nos quieren hacer ver los paradigmas de
la economía-política. “Es un sistema de poder “heterárquico” que no puede ser
pensado desde una lógica reduccionista económica.”
Enfatizó que por eso no se puede
transformar este sistema “si no destruimos todas las jerarquías de poder existentes
en su multiplicidad, por lo cual la vieja idea de que resolviendo los problemas
de las clases, automáticamente se resuelven los problemas de la explotación y
dominación. “Es una idea obsoleta que parte de un análisis del sistema-mundo
que se limita a relaciones económicas.”
Las categorías como negro, indio,
blanco antes de 1492 no existían, esas son categorías del mundo colonial y de
la modernidad eurocentrada. Antes de 1492 nadie se definía como blanco en
Europa, nadie se denominaba negro en África y nadie indio en América latina,
estas son categorías coloniales. Una vez se construyen entonces plantean la
creación de un mundo de desigualdades sociales muy distinto a los sistema-mundo
anteriores. Una solución a este problema es el modelo republicano francés (que
han imitado las elites criollas blancas de América Latina), que se tapa los
ojos y propone no usar esas categorías raciales, prohibiéndolas si es posible.
“Para no crear mas división” nos dicen, como si la división no estuviera ya
creada y estructurada en las relaciones de poder colonial existentes, como si
nuestro imaginario y nuestras estructuras de poder económicas, políticas y
sociales no estuvieran ya atravesadas por ello.
Ante esta situación, si bien en el
largo plazo podemos pensar y desear un mundo mas allá de eso, en el corto plazo
la manera de contestar la supremacía blanca no es ocultando la racialización
existente como hacen las “democracias raciales” latinoamericanas. Porque en
América Latina si tu tratas de ocultar esas categorías, tú caes en el mito de
la “democracia racial”.
Entonces, el primer paso para
descolonizar es nombrar, identificar con categorías que hagan visible quien es
quien. Quién esta en el poder y quién esta abajo, jodido. Para eso tienes que
usar categorías raciales coloniales, para hacerlo visible, y si no lo haces por
querer escapar al uso de dichas categorías identitarias coloniales, entonces
terminas participando del ocultamiento y la invisibilización del poder blanco
capitalista/patriarcal. Los movimientos negros en las Américas han sido muy
claros en este sentido.
(fin)
Sintetizado a partir de
conferencia del seminario y de una entrevista sobre el tema, de Angélica Montes
y Hugo Busso.
Una segunda parte será presentada próximamente y versa sobre
el racismo como tal, con relación a las zonas de “ser” y las de “no ser” que se
han construido con el racismo y el sexismo y, las implicaciones de construir
conocimiento solamente desde las zonas de ser y creer que ello incluye la
totalidad de la experiencia humana.