miércoles, 4 de septiembre de 2013

Historiadora jamaiquina especialista en Marcus Garvey presenta libro sobre el procer mundial de la reuificación africana


El 28 de agosto la historiadora jamaiquina especialista en la genta de Marcus Garvey escogió a Puerto Viejo y luego Limón el 31 de agosto, como sede para presentar su más reciente libro y canción sobre el tema. 

                                                       Foro de María Suárez Toro, Senegal, 2000

La Dra. Lena June Crawford explicó que escogió Limón para presentar su libro porque supo que curiosamente fue en Costa Rica en 1910, donde Marcus Garvey concibió la idea de la reunificación de los africanos. “Supe, cuando viene en el 2010, que sus ideas sobrevivieron y se desarrollaron hasta ahora, aún y cuando en Jamaica declinaron con el correr de los años.”

La mujer de 78 años de edad ha tenido una trayectoria ejemplar en la investigación, tal y como fue subrayado por Marca Dixon Cayasso, Vice presidenta del Centro de investigación afrocostarricense en Costa Rica.

Nació en Kingston Jamaica y actualmente vive en Estados Unidos, “habiendo revisado para su libro que recoge 900 años de historia de la colonización europea de África,  escrita que estudió en 40 años de trabajo intenso que, como dijo ella misma, por académicos blancos. En su presentación dijo que “la historia de la población afro está por escribirse, porque lo que hay, aún en su propio libro, es la versión de gente blanca sobre los afros, aunque está contado desde nuestra perspectiva, por lo que contiene las visiones que se le han escondido a nuestros niños y niñas.”

Fue influenciada por su madre para abrazar una vida de estudio con una profunda filosofía de la vida y un interés político profundo.  Ha escrito 11 libros y éste, titulado “Esclavitud Internacional“ y la canción que hizo, “Nuestro Viaje, la historia africana”, que para ella  son parte de la continuidad del viaje de Garvey para unificar a los africanos en el mundo,  “viaje que él inició en Costa Rica y es por eso que vengo ahora a presentar mi libro aquí.”

La mujer a todas luces orgullosa de ser afrodescendiente agarró con pasión y con la fuerza de su voz el micrófono en la Casa de la Cultura, ante un público de unas 20 personas afrocostarricenses de distintas edades y de ambos sexos que compartieron el interés por escucharla hablar en un lenguaje que les es conocido: el creole jamaiquino que hablaron muchos de sus padres y abuelos que vinieron de Jamaica en el transcurso de los últimos 200 años para poblar la Costa Sur de Costa Rica.

Un CD titulado “El Barco prometido” del 2000, producido en Costa Rica, cuenta la historia de Marcus Garvey en Costa Rica y el impacto del Black Star Line en Limón y el reciente cambio de la OEA que ha re-nombrado su edificio cultural en Washington, “Marcus Garvey”.

Hizo un llamado a apoyar la iniciativa de pedir a la Administración de los Estados Unidos a exonerar a Marcus Garvey de la lista de la FBI “porque fue equivocadamente visto como una amenaza por ese gobierno, cuando lo que hizo Garvey fue rescatar la reunificación el auto-respeto y políticas de desarrollo económico de su gente.“
Un siglo después de las gestas de Garvey, la población afrodescendiente de América Latina y El Caribe vive una situación deplorable, aunque no sorprendente. De una población estimada de 540 millones de latinoamericanos, 150 millones son afro latinos, de los cuales 92% viven en pobreza. “No ha habido ningún cambio desde que Garvey luchó por un cambio en esa condición.”

Hay también una opresión psicología en la mezcla racial, que por ejemplo, de acuerdo a la ley en Estados Unidos y en Puerto Rico, una gota de sangre blanca hace un blanco. Pero en Brasil, Cuba y República Dominicana, una gota de sangre negra hace un negro.

Pero hay evidencia para saber que no nos damos por vencidos en esta lucha contra el racismo y las condiciones para que haya una reparación por el daño ocasionado por la esclavitud y el racismo y por hacer un lugar propio en las sociedades y la reunificación, para un renacimiento fundamentado en la igualdad y justicia para todos.

Los europeos no se han viso como criminales por lo que hicieron para enriquecerse durante la colonización. ¿Cuál de ellos, en esa situación, está cualificado para exigir justicia en ninguna parte del mundo?

Las victimas tienen los indicadores y la evidencia del abuso criminal, pero nos silencian por hablar de ello. Hasta que los criminales no paren los ataques y se responsabilicen, no pude haber paz mundial.

El cambo solo puede venir de victimas que se paren firmes por su autodeterminación. La ayuda ofrecida, cuando no viene con  reparación, viene con la intención de mediatizar las protestas. ¿Va a tener Europa su día en corte? La esclavización de gente inocente fue un crimen organizado. Debe haber consenso para definir como crimen y terrorismo el racismo.

No hemos escrito nuestra historia y hay que hacerla ya.

La conferencia magistral de la Dra. Crawford tuvo lugar en un contexto en que la Comunidad Caribeña CARICOM está presentando un caso de reparación.


Durante la primera semana de septiembre se reunirá por primera vez la comisión de reparaciones de la Comunidad del Caribe para acordar la estrategia a seguir

Los cálculos más conservadores indican que al menos doce millones de africanos fueron secuestrados en la costa occidental de su continente y transportados en barcos negreros europeos hacia las colonias de América, entre los siglos XVI y XVIII. No todos sobrevivieron a la travesía y quienes llegaron con vida, labraron en condiciones de esclavitud las plantaciones de los imperios de España, Inglaterra, Holanda, Francia y Portugal en el Nuevo Mundo. Las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (Caricom) atribuyen el origen de su actual pobreza material a la esclavitud y al genocidio perpetrado en aquellos tiempos. Por eso han decidido emprender un proceso jurídico contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal, en reclamo de una compensación económica y de inversión en planes de desarrollo. 

“Estamos enmarcando la discusión de las reparaciones en la discusión acerca del desarrollo. No estamos hablando de una confrontación, sino de llevar nuestro caso a la Corte Internacional de Justicia para negociar”, ha explicado a EL PAÍS la historiadora Verene Sheperd, quien dirige la Comisión de Reparaciones de Jamaica. En su más reciente cumbre, celebrada en Puerto España el 4 de julio pasado, los líderes de la Comunidad del Caribe acordaron establecer comisiones de reparación en cada uno de los 15 países miembros del bloque donde no existiese alguna. El siguiente paso será la celebración de una reunión conjunta, pautada para la primera semana de septiembre en San Vicente y las Granadinas, donde algunos de los primeros ministros del grupo debatirán junto a abogados y especialistas en historia económica la estrategia a seguir.

No es un asunto de dinero, sostiene Sheperd, sino de acordar mecanismos de compensación que contribuyan al desarrollo de los Estados reclamantes. “Antes que nada, queremos que Europa se disculpe, pues hasta ahora han emitido declaraciones de arrepentimiento, pero ningún país se ha disculpado. Luego queremos infraestructuras para el desarrollo: escuelas, centros de salud, carreteras, hospitales. Y queremos que acabe el racismo”, ha dicho la historiadora.

La firma inglesa Leigh Day & Co. ejercerá la representación de la Comunidad del Caribe, según ha informado el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, este martes, en entrevista con el diario Trinidad and Tobago Guardian. “Durante más de 30 años ha existido un movimiento que se originó en las bases de la sociedad civil, entre intelectuales y profesionales, que han reclamado reparaciones por el genocidio de sus nativos y por la esclavitud”, ha dicho Gonsalves, quien presidirá la reunión fijada en septiembre, en la que también participarán la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar, y los presidentes Michel Martelly de Haití, Donald Ramotar de Guayana y Desi Bouterse de Surinam.

En junio de 2013, la firma Leigh Day & Co. se anotó una victoria en un caso similar, al lograr que Reino Unido admitiese haber torturado a más de 5.000 rebeldes de la guerrilla keniana Mau Mau entre los años 1952 y 1960. Como resultado, las víctimas y sus sobrevivientes obtuvieron una compensación que sumó 30,5 millones de dólares.

Entre 2004 y 2011, Jamaica, Guyana y Antigua y Barbuda también han intentado, sin éxito, obtener algún tipo de compensación de parte de los países europeos involucrados en el tráfico de esclavos en tiempos de la colonia. “Hoy el llamado a reparaciones está comenzando a formar parte de la conciencia nacional en San Vicente y las Granadinas, a través del debate público, en los programas de radio, en los diarios”, sostiene el primer ministro Ralph Gonsalves. 

Los países del Caribe involucrados en este nuevo reclamo contra Inglaterra, España, Francia, Holanda y Portugal por esclavitud y genocidio aún no han fijado el monto de la compensación a la que aspiran. Existen, sin embargo, algunos antecedentes. En 1999, la African World Reparations and Repatriation Truth Commission exigió a Occidente el pago de 777.000 millones de dólares a los países africanos que fueron esclavizados durante el periodo colonial. “Sabemos que nunca obtendremos esa cantidad de dinero, pero al menos debemos encontrar la manera de aliviar la pobreza del Caribe y hacer algo a favor del desarrollo de una infraestructura social. Si queremos alcanzar la paz mundial, este es uno de los caminos”, opina Verene Sheperd.